El club de lectura Manantial comenta " Alta Fidelidad" de Nick Hornby


“Somos como críos y crías atrapados en cuerpos de adultos”

La tarde del 4 de diciembre se reunió el club de lectura Manantial para comentar la novela Alta fidelidad que no consiguió enganchar a la mayoría de los componentes del grupo, de hecho algunos no llegaron ni a leer la mitad de la misma, si bien la lectora más joven del grupo confesó que le había gustado y que las situaciones que se dan entre los personajes la habían divertido mucho y otra lectora, con hijas adolescentes, también la disfrutó mucho, hasta el punto de leerle a sus hijas adolescentes algunos pasajes en donde se muestra la visión masculina sobre los asuntos del mundo del corazón.

¿Una historia generacional con la que el grupo no se identificó?

¿Demasiada cultura sajona, música, cine y series de televisión excesivamente localistas?

¿Un narrador- protagonista inmaduro, egoísta y egocéntrico?

¿Un estilo narrativo en el que resultaba complicado distinguir entre las reflexiones del protagonista y los propios diálogos?


Lo cierto es que Rob Fleming, de 35 años y propietario de una tienda de discos en Londres, lleno de inseguridades y empeñado en prolongar su adolescencia tuvo muchos detractores, aunque si bien es cierto, gracias a este personaje afloraron en el debate temas interesantes relativos a la madurez, el sexo, los choques generacionales, las relaciones de parejas, los héroes y los antihéroes, los frikis, la fidelidad, y como no, la música.


-Creo que el libro está narrado como las canciones que contiene- apuntaba uno de los lectores que aportó “el objeto mágico” de la reunión, un antiguo disco de vinilo de los SMITH que acababan de traerle de Manchester, curiosamente la primera canción del libro es de los Smith, si bien a lo largo del mismo se nombran varias decenas de grupos, canciones y cantantes de varias décadas del pop.

Laura, Mary, las antiguas novias de Rob, Barry y Dick, en el fondo no son personajes tan lejanos y todos reconocemos que en nuestro entorno existen seres como ellos a los que reconocemos entre familiares y amigos y que en algún momento de nuestras vidas, algunos de nosotros hemos vivido situaciones parecidas o hemos sentido así.

Sea como fuere, la reunión se alargó dos horas y fue aderezada por lecturas de párrafos y por comentarios muy acertados de “nuestro experto” en música pop, quien además era el portador del cuaderno viajero que en esta ocasión recuperó el texto de un antiguo diario muy apropiado para la ocasión.

Tras merienda, lecturas y deseos de felicidad para el próximo año, el club se despidió hasta el 15 de enero llevándose cada uno el nuevo libro para leer juntos: El espejo del monstruo del autor sevillano Juan Ramón Biedma.


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