El club “Manantial” comenta “La rubia de ojos negros” de Benjamín Black
Humphrey Bogart como Detective Marlow en la película "El sueño eterno" |
“Las sonrisas más bonitas poseen una pizca de melancolía. Así era la
suya”
El pasado jueves, 19 de
octubre, se reunió el club de lectura Manantial para comentar una novela escrita
por encargo de los herederos del gran maestro de la novela negra, Raymond
Chandler.
El autor elegido para
resucitar a Philip Marlowe, el personaje más emblemático de Chandler y
seguramente uno de los detectives más famosos del cine y de la literatura, fue
el irlandés John Banville, de reconocido prestigio literario, quien firma con
el pseudónimo de Benjamín Black cuando escribe novela negra.
Según la crítica del New York Time, la novela de
Banville/Black podría haber pasado por un manuscrito de Chandler misteriosamente
oculto y al igual que en Chandler, en la obra de Banville/Black la totalidad de
la historia es menos importante que las escenas individuales.
Efectivamente, no sólo los
amantes del género negro sino cualquier amante de la literatura habrán
paladeado escenas de la novela realmente exquisitas, como la aparición de la
Clare Cavendish, la rubia de ojos negros, en el primer capítulo - se echó hacia delante e inclinó la cabeza,
bajando las pestañas, y su dedo rozó brevemente el dorso de mi mano.-
A pesar de la excelente
crítica que antecede a la obra, el club
no conectó con la historia y en la reunión, poco concurrida, sólo cinco
personas habíamos leído la totalidad de la novela. Así es que con un grupo dividido en opiniones
iniciamos la reunión.
Los argumentos en contra
tachaban la obra de poco original, de pesada, de no poseer la chispa y la
emoción que hacen que una novela enganche.
Según críticos de The Guardian, la reputación de las
novelas originales de Chandler descansan
en dos pilares: el tono de la prosa y el carácter de Marlowe, la coordinadora
del grupo intentó poner en valor estos dos factores tan presentes en la obra de
Banville/ Black.
Comenzamos hablando de Philip
Marlowe, el gran seductor que no
consiguió enamorar a la totalidad del grupo, no obstante, este personaje, interpretado magistralmente
en el cine por Humphrey Bogart nos dio
algunos momentos de debate, tenemos al antihéroe fumador, bebedor, amante de
las mujeres bellas, y además al narrador en primera persona con un lenguaje muy
personal y unas reflexiones cuanto menos
pintorescas. Según críticos de El País: “sentimental,
cínico, adorable, impertinente, no tiene un sentido muy estricto de la
jerarquía, y, detrás de una capa de
cinismo y descreimiento, se esconde alguien con un profundo sentido de lo que
está bien y lo que está mal. Marlowe tiene su propia moral, que no siempre
encaja con la de la sociedad en la que vive, y está dispuesta a defenderla.”
Respecto al tono de la
novela, es respetuoso con el de cualquier novela negra que se precie,
predominio de los grises y de personajes clichés como la femme fatale, el
antiguo poli que se mete a detective, los matones, los corruptos, el poli bueno
y cómplice del investigador, los clubs nocturnos, pero es que además Banville/Black
enriquece la obra de Chandler con sus magistrales metáforas – la lluvia cae con la suave levedad de los
recuerdos- y una exquisita sensibilidad para los detalles, podemos
encontrar muchos ejemplos de ellos en las numerosas y minuciosas descripciones
de habitaciones, atuendo de los personajes, rostros, coches, objetos
domésticos, uno de estos ejemplos es la detallada descripción del aspecto
físico de la madre de Clare en su primer encuentro con ella: - parecía un barril en el que hubiesen horadado
cuatro agujeros…rostro rosado y redondo, embutida en un traje de dos piezas de
satén rosa, que combinaba con unos robustos zapatos blancos, …su traje crepitaba cada vez que ella se movía y una
ráfaga de perfume salía despedida de sus pliegues…-
En cuanto a la historia, es
la típica historia de alguien que encarga al detective la búsqueda de una
persona desaparecida, con una trama que se va complicando y un final que
sorprende a los lectores. Pero, a
propósito de la historia, Cuando en el
2014, el País entrevista a Banville para preguntarle acerca de la trama de la
novela él contesta: “La frase es el mayor
invento de la civilización, el lenguaje lo es todo. Escribo frase a frase.
Termino una y empiezo la siguiente. Joyce era un maestro del párrafo, yo preferiría
prescindir de ellos. Como al propio Chandler, a mí tampoco me importa saber
quién mató al mayordomo: él siempre defendió que el estilo lo era todo”.
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