El club de lectura “Zenobia” comenta “La caja negra “de Amos Oz





“Sólo una cosa más antes de sellar esta carta dentro del sobre: me acostaré contigo, si quieres. Cuando quieras y como quieras”

Con estas demoledoras palabras finaliza Ilana la primera carta que le escribe a su ex -marido Alec, tras siete años de distancia y silencio. Ella ha permanecido en Israel, tras su segundo casamiento con Michael Sommo, Alec vive en Estados Unidos. La carta, llena de reproches y alusiones al pasado, pone como excusa los problemas de Boaz, el hijo que tienen en común, para retomar una relación, que a pesar de los años continúa latente.

En la última reunión de este 2017, el club de lectura Zenobia se adentra en los entresijos psicológicos de un triángulo amoroso, a través de las cartas vamos descubriendo los rasgos de cada personaje – Ninguno es lo que inicialmente aparentaba o creíamos ver- comenta una lectora del grupo.

La novela sólo contiene cartas de distintos personajes junto con algunos informes y anotaciones, a través de estas cartas de Alec, Ilana, Sommo, Rahel (hermana de Ilana), Zacheim (abogado de Alec), y Boaz vamos consiguiendo los mimbres para ensamblar la historia. Las cartas están  fechadas en 1976, que es el presente de estos personajes, si bien, se trasladan en ocasiones al pasado reciente. Como telón de fondo el asentamiento de judíos en Israel y la lucha por conseguir anexionar nuevos territorios ocupados por los árabes.

A la hora de comentar acerca de los personajes, es curioso observar las discrepancias de los miembros del grupo respecto a las simpatías y rechazos que sienten hacia unos y otros. Por ejemplo, Sommo, el segundo marido de Ilana, judío procedente de Argel con una difícil infancia y unas firmes creencias religiosas, se muestra buen padre, ya que Ilana y él han tenido juntos a la pequeña  Yifat. Este personaje para algunos miembros del grupo es uno de los más buenos, sin embargo para otros no deja de ser algo sospechoso que se deje comprar por el dinero de Alec y conforme se va avanzando en la historia va cayendo cada vez peor.

Los sentimientos también son contradictorios hacia Alec e Ilana, llueven los calificativos cuando los miembros del club se refieren a su relación: -amor tormentoso, relación tóxica, amor fanático y obsesivo, juegos sexuales arriesgados, siempre había un tercero, mezcla de amor y odio-, algunos toman partido por Alec- se va humanizando conforme avanza la historia- comenta alguien, -vuelve al hogar, a la familia, a los valores básicos-. En cuanto a Ilana, tal vez con el contrapunto que le da el personaje de su hermana Rahel se la pueda comprender algo mejor. Mientras Rahel es la mujer que renuncia a su individualidad por el bien de los demás, Ilana es la que no quiere ataduras ni servidumbres y no se resigna a un papel de mujer sacrificada en casa, una lectora dice de ella: -me pongo en su lugar y no la entiendo, es como una mujer insatisfecha que busca pelea-

Boaz y Zacheim son personajes que a todos caen bien, el primero es atractivo por su juventud y pureza, el segundo por su fidelidad y sentido del humor, todos coincidimos en que las cartas del viejo abogado nos han parecido las más divertidas.

Por último hablamos del dinero, de la relación que cada personaje establece con el mismo, por supuesto el primero Alec, que es el que lo tiene y lo da a los otros. ¿Manipulación? ¿Generosidad? ¿Un medio para conseguir sus fines?, los otros personajes lo aceptan o lo demandan.

En la reunión fluyen con naturalidad los temas, algunas lectoras defienden con pasión sus argumentaciones, tal vez el licor que ha traído Rosalía haya contribuido a crear este clima. Lo cierto es que el libro está dando mucho de sí.

Concluimos la reunión con la lectura del cuaderno viajero y con el reparto del nuevo libro a leer. Y eso fue lo que pasó de Natalia Ginzburg.

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