El club de lectura Manantial comenta Un trago antes de la guerra.


Un trago antes de la guerra/ Dennis Lehane

Reunión del club de lectura Manantial 1 de diciembre de 2020-12-02

 

De nuevo tuvimos que optar por una reunión virtual de un club de lectura que se ha esforzado muchísimo por hacerse con la nueva herramienta de comunicación, la reunión fue todo un logro desde el punto de vista tecnológico.

En esta ocasión nos enfrentábamos a una novela negra, la opera prima del consagrado  autor bostoniano Dennis Lehane, tal vez por tratarse de su primera novela, o quizás porque la mayoría de los miembros de este club no son amantes del género negro, muchos encontraron que la trama no les enganchó o que la historia era simple y previsible o que había exceso de violencia en sus páginas.

A pesar de ello, conseguimos poner en valor algunos elementos de esta primera novela  protagonizada por los detectives  Patrick Kenzie y Angela Genaro , una pareja carismática y complementaria.  Él es el tipo duro que personifica al héroe de las novelas negras, enamorado de su compañera – un amor a priori imposible, ya que ella está casada y enamorada de un marido que la maltrata- Patrick  Kenzie es valiente, chulesco, con un fino sentido del humor que utiliza incluso en las situaciones más extremas, con una moral  que prevalece por encima de otros intereses materialistas.

Ella es más práctica y sensata que su compañero, sexy y muy atractiva a los hombres, es un personaje que evoluciona, llegando a producirse a lo largo de la novela cambios importantes en su forma de ver las cosas, mantiene con su compañero una relación de camaradería y de protección, casi como una especie de hermana mayor que lo conoce mejor que nadie y lo llama por el mote de Patinazo.

En cuanto a los otros personajes encontramos en  el bloque de los malos a los políticos corruptos,  a los mafiosos  y al padre de Patrick “el héroe” y entre los buenos a Jenna, Bubba y a la pareja protagonista.

Entre los temas presentes: el racismo, la corrupción política, las bandas callejeras, las relaciones tóxicas- en este punto la coordinadora leyó el pasaje en el que Kenzie reflexiona sobre “las parejas unidas por el dolor”, Angie con su marido, Socia con  Roland y él mismo con su padre, siempre a la espera de un cambio que no llega a producirse porque “cuando quieres a alguien es muy difícil darle con la puerta en las narices a la esperanza”.

Hablamos de Boston, la ciudad amada y odiada por Lehanne quien pone en boca de Patrick detalladas descripciones de barrios ricos y pobres, problemas urbanísticos, paisajes de una ciudad que muestra dos caras, seguramente la cara desagradable haya sido la más ampliamente mostrada.

Se comentó el lenguaje usado, el lenguaje irónico y directo de Patrick que es el narrador en primera persona, alguien comentó que fue ese ritmo que marcaba el lenguaje lo que le acabó enganchando.

 

Algunos argumentaron la simpleza del argumento, lo previsible de la historia. La coordinadora les pidió que reflexionasen ante el dilema ético, cuando Angie y Patrick ya han descubierto las fotos y  se percatan de que la delincuente no es Jenna  por robar las fotos, sino el político que abusó de su hijo. Patrick quiere seguir investigando,  llegar hasta el fondo  pero Angie no está de acuerdo- no somos asistentes sociales- le dice. Es a partir de ahí, cuando deciden emplearse al fondo y esclarecer la verdad, cuando se produce la otra trama, mucho más compleja que la que se establece al principio de la novela, el misterio a resolver ya no queda reducido a encontrar una fotos que ha robado una limpiadora negra, se sumerge en lo que ahora llamaríamos las cloacas del estado y pone de manifiesto que las bandas mafiosas y los pro-hombres del gobierno tienen negocios comunes.

Acabamos la reunión recordando los toques de ese humor un tanto ácido y mordaz con elementos críticos que caracteriza la mayoría de los comentarios del narrador.

 

Próximo libro a comentar: El  castigo/ Tahar Ben Jelloun

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