Lo que me queda por vivir
Comentaron cómo la ausencia de sentimientos y de, sobre todo, expresar amor dentro del seno familiar desde edades tempranas puede condicionar a la persona a estar de por vida en un constante anhelo de búsqueda de aceptación, de cariño, de amor, tal y como le pasa a la protagonista. Una historia en la que cualquier mujer puede sentirse identificada, una historia de superación, de aprendizaje, una historia que hay que leerla casi de corrido para adentrarse y tener una visión general de la vida de Antonia, la protagonista, que no es más que la historia de cualquier mujer que logra sobreponerse a la deslealtad y saber que aún le queda mucho por vivir.
Emplazamos la siguiente reunión con una lectura totalmente opuesta, La cucaracha de Ian McEwan.
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