El club de lectura Zenobia comenta La dueña del Plaza de Mara Mahía
La dureza de la historia narrada por Rosalinda en La dueña del Plaza fue endulzada por el bizcocho de queso traído por Aurora para celebrar su cumpleaños. Entre bocado y bocado fuimos comentando una desgarradora historia de vencedores y vencidos, de dolor, humillaciones y muerte, aderezada por un lenguaje cargado de poesía, sentido del humor y continuas alusiones a hechos, lugares, cultura, personajes y usos de la época en la que se va desarrollando, primeros años de posguerra en un pueblo gallego.
Algunas lectoras compartieron experiencias de familiares que
vivieron aquello, como siempre sucede cuando se tocan estos temas, las
experiencias fueron muy distintas atendiendo al lugar y al bando.
Se habló de la necesidad de contar la historia por parte de
los que fueron silenciados y represaliados durante tantos años. Curiosamente es
la niña que nació muda, Rosalinda, la que le pone voz a todos ellos haciendo
aflorar unas historias terribles – alguien comentó que parecía que iba buscando
a los muertos- .
La historia es narrada por una Rosalinda ya anciana que no
sigue una linealidad temporal, que va y viene en sus recuerdos de una manera
aparentemente caprichosa. Esto hizo que la lectura fuese complicada para
algunos -No me he enterado de la historia, no podía seguirla-, mientras que
para otros esto fue un punto a su favor- me estoy aficionando a las historias
que van y vienen en el tiempo-
También hubo discrepancias en cuanto a la construcción de la
novela, - es como si la autora hubiese mezclado en una coctelera diversos temas
y tras agitarlos, escribe- comentó una lectora que confesó que la novela que en
principio no le despertó interés, acabó por atraparla. Otros opinaron que nos
encontrábamos ante una trama muy elaborada y que es de suma dificultad escribir
una obra con tantos personajes e historias sin seguir una linealidad temporal y
que al final encajen todas las piezas de manera que queden cerradas las
distintas historias.
Estuvimos también cazando algunos gazapos, la gallega del
grupo encontró algunos referentes a su tierra,- habla del limonero, no puede
ser, en Galicia no son habituales, menos en una aldea-, otra lectora argumentó
y documentó el referido al uso de la minifalda por parte de Rosalinda, - Años
cincuenta, España. Un bar de Galicia. Impensable-
En esta ocasión nos centramos más en la temática que en los
personajes, a pesar de la riqueza, variedad y cantidad de todos ellos.
Con la lectura del cuaderno viajero por parte de Mariví dimos por terminada la reunión.
Dos Hermanas, 14 de diciembre de 2023.
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