La ecuación de la vida
La ecuación de la vida escrita por el autor argelino Mohammed Moulesshoul, bajo el pseudónimo de Yasmina Khadra, dejó totalmente dividido al club de lectura Manantial entre los lectores que la disfrutaron y defendieron y los que la consideraron poco más que un folletín de Corín Tellado.
Entre los argumentos en contra: Historia plana, lenguaje
poco creíble, trama metida con calzador, historia prototípica, el autor no
maneja bien las emociones.
Entre los argumentos a favor: La inmersión en África, parte
de su realidad y sus paisajes. La oportunidad de acercarnos a una realidad de
la que muy poco se habla en las noticias. Algunas frases hermosas como “África
no se ve, sino se siente” y la variedad de temas.
La novela está narrada en primera persona por el protagonista,
un médico alemán que, debido a diversos avatares, es raptado por piratas somalíes, iniciándose
a partir de ahí (pag.45) un periplo lleno de aventuras y calamidades por
tierras africanas.
Entre los personajes de la novela, el que más destacaron los
lectores fue el de Joma, esa bestia que fue poeta, según palabras textuales de
Bruno, el francés enamorado de África.
Se concluyó que teníamos entre manos una novela floja desde
el punto de vista literario, pero muy completa en cuanto temas a tratar, entre
ellos: el suicidio, la importancia del éxito profesional, la piratería actual,
el papel de las O.N.G., la colonización y explotación de África, el choque
entre culturas, la explotación de África, el duelo ante las pérdidas de seres
queridos, la dignidad frente a las humillaciones, la inmigración, la guerra,
las hambrunas…
Interesantes fueron las aportaciones de algunos miembros del
club conocedores de la realidad de los voluntarios en África a través de
conocidos.
Terminamos con unas palabras extraídas de los versos de
Joma.
África, África mía,
me has puesto la muerte en una mano
y en la otra la sinrazón…
¿Qué puedo esperar
ahora que he dejado de soñar?
Dos Hermanas, 12 de diciembre de 2023
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