Club de francés
Villa Circé en Ostende (lugar donde se
desarrolla el relato La Rêveuse d’Ostende).
El pasado viernes 10 de enero,
después de las vacaciones de Navidad, reanudamos nuestras reuniones del Club de
Lectura de francés con las mismas ganas de compartir y encontrarnos de nuevo.
Nos tocó comentar el libro La rêveuse d’Ostende (La soñadora de
Ostende) de Eric-Emmanuel Schmitt, un autor que hasta ahora no habíamos
abordado y que fue un descubrimiento agradable para muchos de nosotros. Schmitt
tiene un estilo clásico que recuerda a Maupassant con relatos bien
estructurados y una prosa impecable. Este libro en particular es una
recopilación de cinco cuentos que aluden al poder de la imaginación en nuestras
vidas.
En el primer relato que da
título al libro, Emma Van A. narra una historia de amor y sexo con un heredero
real, un verdadero cuento de hadas moderno. Crime
parfait (Crimen perfecto) es la historia de una madre de familia que
empieza a odiar a su marido que la ama locamente, a raíz de un absurdo
comentario de una amiga, hasta llegar al asesinato. La guérison (La curación) habla de la emancipación de una joven
enfermera que no tiene confianza en sí misma y que a través de un hombre
invidente conseguirá quererse a sí misma y abrirse a los demás. Les mauvaises lectures (Las malas
lecturas) es la vida de un profesor de historia, un lector de enciclopedias que
menosprecia las novelas. Por curiosidad, empieza a leer un thriller y poco a
poco, se identifica tanto con la heroína que llega a sentir los mismos miedos. La femme au bouquet (La mujer del ramo)
trata de la vida de una anciana que lleva un ramo de flores y que espera a
alguien o algo en la estación de Zurich. Así durante treinta años. (No revelaré
si el misterio de su vida llega a descubrirse. Espero que lo leáis).
Todas estas historias tienen
una mezcla de realidad y ficción donde el sueño es el mayor protagonista. El
autor va guiando al lector por donde quiere haciéndolo reflexionar y llevándolo
a veces a equívocos. Como dije anteriormente, los relatos están bien
estructurados. Nos damos cuenta de que nada está dejado al azar.
Muchos de nuestros lectores
explicaron las deducciones e hipótesis que llegaron a hilvanar de cada unas de
las historias, para luego darse cuenta de que el autor se guarda un as en la
manga, sorprendiendo al final. A mi parecer, solo un buen escritor es capaz de
conseguir este resultado y Schmitt, sin duda, lo es. Con respecto a las
dificultades que pueden haber encontrado los lectores, en un principio pensé
que el estilo podía ser un poco complicado, pero afortunadamente no fue el
caso. Me confirmaron que no lo encontraban muy difícil, eso me anima para
iniciar futuras lecturas un poco más complicadas. Es cierto que el nivel de los
participantes es bastante alto en general (¡es para estar orgullosa!).
Finalmente, una de las lectores
nos facilitó la fotografía de la Villa Circé donde se desarrolla la Rêveuse
d’Ostende, una casa que existe realmente y que seguramente fue fuente de
inspiración para su autor. A ninguno le costó imaginarse a Emma Van A. paseando
con su silla de ruedas entre los muros de esta villa.
La próxima reunión será el 21
de febrero con el libro Des rêves pour
des oufs de Faïza Gène, una lectura que también habla de sueños, los de una
joven inmigrante magrebí en la Francia del siglo XXI.
À la prochaine!
Mercedes Ruiz Ríos
(coordinadora del Club de Lectura de francés).
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