El club de Ana comenta "Soseki, inmortal y tigre"


El pasado martes 3 de marzo se reunió el club de Ana para comentar la novela de Fernando Sánchez Dragó "Soseki, inmortal y tigre".
Desde un principio el que el libro estuviese escrito por Dragó no gustó a muchos de los integrantes del club, pero insistimos en que leyesen solo disfrutando de la literatura y sin pensar si al autor lo soportábamos más o menos. Algunos lo consiguieron, otros no tanto.

Comenzamos como siempre abriendo boca y mente, con un delicioso pastel de cerezas inspirado en la portada del libro. Esta receta la trajo hecha con sus propias manos e ingenio, Isabella, que gracias a ella se nos sube sesión tras sesión el azúcar en el cuerpo y nos da para comentar y exponer ideas sobre la lectura.

La primera ronda de impresiones resulto muy positiva. A todos los presentes en la reunión les gustó  la historia, y cómo la convivencia de apenas unos dos años del autor con su gato le ha dado para escribir una novela de 300 páginas. 

Su gato, al que llama Soseki, haciendo referencia al escritor Natsume Soseki, el que escribiese la novela "Soy un gato", es el protagonista de la historia. Es, en palabras de la mayoría del grupo el vehículo que utiliza el autor para hablarnos de la vida, la muerte y el alma. La historia empieza y termina a modo de cuento que Dragó le narra a su nieta Caterina, chica de no más de 12 años y con el que quiere darle una lección de vida para la inminente llegada de la adolescencia y madurez  a la niña.

En el libro encontramos todo el saber del escritor condensado, haciendo referencia a temas que son comunes en la mayoría de sus obras; el Mito de Teseo, la inmortalidad, Buda, Japón, Numancia. La metaliteratura está muy presente desde la primera página hasta la última, así, hace referencia a 
"Alicia en el País de las Maravillas", "Just so" de Kipling, "La canción del pirata" de Espronceda, "El Quijote", a las poesías de Antonio Machado y Lorca, entre muchos otros, sin olvidar la novela preferida del escritor " Sinhué el Egipcio" de Mika Waltari.

La historia está escrita con una prosa en palabras de Rocío, a la que no le gustó mucho el libro, "pedante y reiterativa y en algunos casos ofensiva", refiriéndose a los desprecios que el escritor hace hacia los maestros, tildándolos de ilusos ante la vida y ante la pobre información encorsetada que transmiten a sus alumnos.

En definitiva, un libro para amantes de los gatos, de la  filosofía oriental, de las curiosidades de la vida, de la diferencia entre hombres y mujeres, en definitiva una oda al amor incondicional y en estado puro, ya sea hacia un animal, una persona o una forma de vida.

Volvemos el día 8 de abril para comentar "Las bicicletas no son para El Cairo"



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