Los Rolirepa comentan...


La hora del recreo. Una vuelta a la infancia, a ese momento tan anhelado de nuestra etapa escolar en el que la sirena nos liberaba de una soporífera clase para darnos paso al recreo, ha supuesto para el club de  Los Rolirepa la lectura de Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza. La clase soporífera  podría ser perfectamente Milan Kundera con La insoportable levedad del ser, de la que veníamos,  y Gurb con sus aventuras en la Barcelona pre olímpica esa media hora de juegos, charlas, travesuras y bocadillos de chorizo con mantequilla. Un espacio de tiempo breve pero intenso, aunque muy anhelado, en la vida de cualquier niño o niña.
Los integrantes de Los Rolis acogieron con ganas la llegada de Mendoza al club de lectura, aunque no lo hizo por la puerta grande, ya que nos enfrentamos a su literatura con una obra que, sí, fue todo un éxito tras su publicación, pero no es de lo mejorcito de este escritor catalán. Una obra de aeropuerto, la definió alguien, con bastante acierto, entre los asistentes de la reunión; una historia que se deja leer, entre trayecto y trayecto de autobús, pero que también deja poca huella con su lectura. Sólo algunos momentos de risas , algunas carcajadas, así como reflexiones sobre las rarezas de los seres humanos.
Sin noticias de Gurb es todo un banquete de lo absurdo, una historia sobre la llegada a Barcelona de unos seres de otro planeta en misión especial y que de la noche a la mañana se ven inmersos y casi integrados en la sociedad española. Los ojos de estos seres, de entrada raros, se convierten en pantallas de cine o mirillas de puertas cotillas para mostrarnos a los lectores cuál sería la visión que de nosotros y nuestra costumbres, modo de vida o tradiciones, tendría alguien llegado de otro planeta. Llegando finalmente a la conclusión de que los realmente raros somos nosotros.

Mendoza y su Gurb tampoco dio para mucho más en una tarde de lectura, infusiones y sabores dulces que últimamente no faltan a nuestras reuniones. De lo absurdo de Mendoza hemos pasado a los delirios de Laura Restrepo que comentaremos en breve.

Fran Ricardo (Coordinador del Club)

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