El club “Zenobia” comenta “Brooklyn Follies” de Paul Auster
“Nunca debe subestimarse el poder de los
libros”
En la
calurosa tarde del martes, 14 de junio, el club Zenobia se reúne en una
cafetería próxima a la biblioteca para merendar juntos, comentar el último
libro y desearse un feliz verano, ya que esta es la última reunión del curso.
Terminamos
con una autor americano de gran prestigio internacional, que a punto de cumplir setenta años tiene en
su haber una producción literaria envidiable.
El libro
ha sorprendido gratamente a los lectores del club porque con sus historias
cotidianas y en muchos casos divertidas, el autor nos acerca a su entrañable
barrio de Brooklyn en donde personajes típicamente americanos nos acercan a
unos problemas parecidos a los nuestros: enfermedades, divorcios, fracasos,
soledad, fanatismo, búsqueda del pasado, homosexualidad, hijos perdidos,…
Hablamos
sobre todo de Nathan, el personaje central y al mismo tiempo narrador, que va a
morir a Brooklyn, pero que en realidad va a vivir, emprendiendo una serie de aventuras y
dejándose llevar por el azar.
Comentan
los lectores que tal vez el secreto de la felicidad de este personaje y el
canto a la esperanza de este libro sea ese, dejarse llevar por el destino
haciendo la mejor jugada con las cartas que nos tocan, así este personaje afronta
su enfermedad, y lo que cree son sus
últimos días, haciendo el bien a aquellos que se cruzan en su camino,-
implicándose en los problemas ajenos para solucionarlos- comenta una lectora.
Nos
preguntamos: ¿Por qué actúa así?
Algunos
señalan que es porque piensa que ya le queda poca vida, otros que es una manera
de redención, o que tal vez sea por la edad que hace que ya no se tengan tantos
prejuicios, también que – no le queda
otra- comenta alguien, pero lo cierto es que el personaje no elige su hoja de
ruta, que va actuando sin ningún plan definido y por ello hablamos de la
importancia del azar en la novela, que al parece no es un rasgo característico
solo de esta historia, sino de casi toda la obra de Paul, tal vez porque su
propia vida estuviese marcada por él
Abordamos
el comentario de los personajes, sobre todo de las mujeres: Rachel, Honey,
Aurora, Nancy y la niña.
Y de los
masculinos: Tom, el perdedor. Harry Brightman, el estafador, podemos
comprenderlos porque en algún momento de nuestra vida hemos conocido a gente
así.
Los
lectores del club han agradecido la elección de esta novela, salvo por un
excesivamente casual encaje de piezas, señala alguien, la novela ha dejado buen
sabor de boca en el grupo y el deseo por parte de algunos de continuar leyendo
otras obras de Paul Auster.
Nos
despedimos haciendo un repaso de las obras leídas en este curso y una pequeña
valoración, entre las que más han gustado: Las
bicicletas no son para El Cairo, Almas
grises y Brooklyn Follies con la
que hoy nos despedimos hasta el 20 de septiembre.
Carmen Gómez (coordinadora)
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