El club de lectura “Zenobia” comenta “La ternura de los lobos” de Stef Penney
Imagen vía Trota Libros |
“Él me sonríe de ese modo tan suyo: es como
un cuchillo en mi corazón que no me arrancaría por nada del mundo”
Da
gusto terminar el curso con una lectura como esta, un libro de los que dejan
huella y que nos ha propiciado una feliz tarde llena de comentarios, como dijo
una lectora del club manantial, que también lo ha leído -es de estos libros que te hacen olvidar todo lo que te rodea,
desaparecen los muebles que tienes alrededor, la tele, el ordenador, incluso
las personas y te sumerges completamente en la historia hasta el punto de que
cuando lo cierras, añoras a los personajes y es como si de alguna forma te
llamasen-.
Esta
tarde todos quieren participar con sus
comentarios y en algunos casos las palabras brotan alborotadamente desde el
corazón porque hay qué explicar, preguntar, opinar y debatir sobre muchos
temas: ¿Cómo evoluciona el personaje de la Sra. Ross? ¿Qué diferencias
encontramos entre la forma de comportarse de los nativos y de los colonos? ¿Qué
sentimientos albergaba Parker? ¿Cuáles eran las verdaderas motivaciones de los
distintos personajes? ¿Quién es Medio Hombre?
¿Qué
pasó con la otra niña perdida? ¿Quién mato a Laurent Jammet y porqué?
La
historia está narrada a dos voces, la del narrador en tercera persona y la de
la Sra. Ross en primera persona, más intimista, psicológica y ahondando en
detalles, en cuanto a los escenarios, por una parte tenemos el poblado de Dove
River fundando por los pioneros escoceses en el noreste de Canadá, la comunidad
religiosa noruega asentada en “Los campos del cielo” y el misterioso fuerte
Hannover, cada uno de estos tres lugares tiene sus propios personajes que en
total sobrepasan la treintena y que con mayor o menor protagonismo guardan una
historia.
Por
otra parte está el camino, un viaje por bosques, tundra, tormentas de nieve,
ventisca y espacios desiertos en los que en las noches se escucha el aullido de
los lobos. El camino es un importante escenario en la novela casi omnipresente, y al mismo tiempo es un elemento a tener muy en cuenta a la hora de
entender la evolución de algunos personajes en los que el viaje es un elemento
determinante en sus vidas: Donald Moody, el joven que está iniciando su vida
laboral en la Compañía, que cree estar enamorado de Susanah cuando es a María a quien ama, Thomas
Sturrock en su búsqueda de personas desaparecidas y de la supuesta escritura
india, el joven Francis quien viaja para vengar una muerte, Parker al que parce
que mueve un fin económico, Jacob como protector de Donald, Line, la joven
viuda que viaja para buscar una vida con su amante, la propia Sra. Ross, quien
emprende el viaje a inicios del invierno para buscar a su hijo y encuentra en
su viajar sentimientos inesperados.
Los
lectores iniciamos con todos ellos nuestro personal viaje por la Canadá de
aquella época, nos hacemos “compañeros de invierno” y llegamos a sentir el frío
y también el dolor como en las escenas
que rememoramos porque nos han impactado de manera especial:
Elizabeth Bird lanzándose al rio helado para recuperar el cadáver de su marido,
Line abandonada en el bosque con sus dos hijos pequeños mientras se va haciendo
de noche y aúllan los lobos, Francis hundiéndose sin remedio en el lodazal, el
episodio final en la cabaña de las pieles digno del mejor western.
Coincidimos
todos en la fortaleza de carácter de los personajes, ¿serán ellos los verdaderos
lobos que muestran en ocasiones la ternura?
Algunos
lectores comentan que algunas de las historias que incluye el libro son un
tanto escurridizas y no acaban de concluir, al hilo de este comentario
parafraseamos lo comentado a propósito de esta obra en el blog El
placer de la lectura:
“Un relato
denso, oscuro y nervioso, pero a la vez vivo, humano e imperfecto. Esa
imperfección atropellada que percibimos en la novela es quizá su mayor
atractivo, pues parece que se nos escapan los detalles, que tenemos que releer
párrafos, que volver páginas, pero no, no hace falta, todo estaba bien escrito
y al repasarlo lo captamos mejor. No es la escritora quien ha cometido los
errores, es nuestro ansia y deseo de saber más el que nos traiciona. Eso es la
vida real y su frescura, y así nos la trasmite la narración.”
El club se despide hasta septiembre
comentando las lecturas programadas para el próximo curso.
¡Feliz verano y muchas gracias!
Carmen Gómez (coordinadora)
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