El club “Manantial” comenta “La caja negra” de Amos Oz.

“Que no hayas destruido esta carta al reconocer mi letra en el sobre prueba que la curiosidad es más poderosa que el odio. O que tu odio necesita carne fresca”






 El pasado jueves, 16 de noviembre,  se reunió el club de lectura Manantial para comentar una de las novelas más populares del célebre escritor israelita Amos Oz.
Amos Oz es uno de las voces que más alto clama en contra del fanatismo, que según él no es otra cosa que intentar hacer cambiar a los demás imponiendo las propias ideas:

“Creo que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar. En esa tendencia tan común de mejorar al vecino, de enmendar a la esposa, de hacer ingeniero al niño o de enderezar al hermano en vez de dejarles ser. El fanático es una criatura de lo más generosa. El fanático es un gran altruista. A menudo, está más interesado en los demás que en sí mismo. Quiere salvar tu alma, redimirte. Liberarte del pecado, del error, de fumar. Liberarte de tu fe o de tu carencia de fe. Quiere mejorar tus hábitos alimenticios, lograr que dejes de beber o de votar. El fanático se desvive por uno. Echar los brazos al cuello o lanzarse a la yugular es casi el mismo gesto.” (Entrevista al autor en El País Cultural).

Pues bien, de fanatismo y otros asuntos se habló en esta reunión multitudinaria en la que todos participaron vivamente: del amor, de las relaciones de pareja, del judaísmo, del conflicto árabe-judío, de los años setenta, de los problemas generacionales, de la libertad, del calendario y fiestas judías y sobre todo de los personajes: Ilena, Alec Gideon, Boaz, Zahkeim y Michael Sommo.
Muy interesante resultó la exposición de cada uno respecto a su posicionamiento ante estos personajes, el contraste entre los que se sentían identificados con unos y no comprendían a otros,  de manera que la discusión y el debate resultó muy enriquecedor, compartiendo diversos puntos de vista. Si bien,  casi todos coincidimos en las características de cada uno de ellos y los valores que representaban:

Gideon: El judío que vive en Estados Unidos y está en contra del fanatismo religioso, podría ser identificado con el mismo autor, y algunos defendieron que es el eje de la novela.
Ilena: Idealista e insatisfecha. Persigue el amor. Sus cartas llenas de hermosas descripciones nos muestran una mujer soñadora, una encantadora de serpientes que nos envuelve con sus palabras.
Boaz: El hijo de ambos, directo, básico, representa valores ecologistas y universales.
Zahkeim: Abogado astuto y fiel, resulta ser el más irónico en su lenguaje, sus cartas son las más divertidas.
Michael Sommo: judío ortodoxo que sigue fielmente el precepto de las escrituras, sus cartas están plagadas de citas religiosas. – Es bueno- comentaba uno de los asistentes, - sí, pero él lo único que hace es seguir los preceptos de su religión- comentaba otro.                 
-Una novela muy judía, comentaban algunos al finalizar la reunión.

- Si hubiese una segunda parte ¿Cómo hubiese seguido la historia de estos personajes?- divagando sobre este asunto despedimos la reunión, tras la lectura del cuaderno viajero por parte de Valme, una de las personas más entusiastas de esta novela comentada y de su autor.

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