La ridícula idea de no volver a verte en el club de lectura.

Marie Curie con sus compañeros en la Universidad de la Sorbona 


Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha sucedido en la vida son mis muertos, y con ello me refiero a la muerte de mis seres queridos. ¿Te parece lúgubre, quizá incluso morboso? Yo no lo veo así, antes al contrario: me resulta algo tan lógico, tan natural, tan cierto.



El pasado jueves, 13 de mayo, el club de Ana se reunió para comentar La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero. 

El libro es algo inclasificable en cuanto al género, ya que combina la biografía de Marie Curie con partes autobiográficas de la autora, además de con reflexiones que esta hace de la vida y la muerte.
Para todas fue un libro excepcional tanto en forma como en contenido, a algunas les ayudó a poner palabras a su propio sufrimiento y a la sensación de vacío por pérdidas de seres queridos.

La historia tiene su origen en el diario que Marie Curie escribió cuando de forma inesperada su marido fue atropellado por un carruaje quedando esta viuda a muy temprana edad y de cómo la investigadora tuvo que seguir adelante ella sola en un mundo dominado por hombres y en el que el papel de la mujer como investigadora no estaba del todo bien visto. Pero lo más llamativo de esta novela, y es lo que más sorprendió a las integrantes del club, es cómo la autora reúne desde tres puntos de vista o tres planos -según nos comentó Rocío (una de las integrantes del club)-, anécdotas de su vida con la de Marie Curie para que todas ellas nos conduzcan a escuchar un canto de vida y esperanza después del dolor que causan las pérdidas.




Integrantes del club en los soportales de la Biblioteca



 

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