El Club de Ana y la hermana que vive en la repisa de la chimenea...

El día 13 de marzo a las 18.30 horas de reune en el salón multiuso de la Biblioteca el Club de Lectura de Ana, para comentar el libro de la joven autora inglesa Annabel Pitcher " Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea".

Argumento:

Han pasado cinco años desde que Rose murió en un atentado terrorista islámico en el centro de Londres. Su hermano Jamie, de diez años, no ha podido llorar todavía, aunque sabe que debería hacerlo porque toda su familia lo hizo. Las cosas no van nada bien desde entonces: su padre bebe cada vez más, su madre los ha abandonado, Jasmine, la gemela de Rose, ha dejado de comer, y Jamie tiene muchas preguntas que nadie le responde. Pero un día, un anuncio de televisión le hace soñar con que todo vuelva a ser como antes.

Como en cada reunión comenzamos la ronda general de impresiones, en las que las integrantes del club coincidieron en definir al libro, en palabras de Estrella, como "un libro delicioso que te hace reflexionar sobre cómo afrontar la pérdida de un ser querido". Justo de ese tema, de la pérdida, del que hablamos largo y tendido, se expusieron diferentes puntos de vista de cómo afrontarlo, y cómo no afrontarlo ejemplificando con casos cercanos a cada una de las asistentes.

El libro se sitúa en Inglaterra, en un pueblecito cercano a Londres, y por eso desgustamos un té de jengibre y limón, con la sorpresa de que era un poco picante y algunas no se lo terminaron de beber!

La relación de amistad entre el protagonista, Jamie de diez años y Sunya, su compañera de pupitre que es musulmana, conviertiendo a esta en un secreto para su padre que odia a todos los musulmanes porque los hace responsables de la muerte de su hija.

Se leyeron párrafos del libro que hicieron volver a reir a las mujeres del club y otros que las hicieron reflexionar sobre el amor entre hermanos, la huida de la madre a otro lugar y el refugio del padre en la bebida para no afrontar la pérdida de la hija.

«Pensé en lo agradable que sería coger el teléfono como un adulto y encargar una vida diferente como si fuera una pizza o algo así. Pediría un padre que no bebiera y una madre que no se hubiera largado, pero a Jas no la cambiaría en lo más mínimo»

«Qué distinto es aquí. Hay montañas enormes, tan altas como para pinchar a Dios en el pandero, y cientos de árboles, y silencio. No hay gente dije cuando encontramos la casa al final de un camino serpenteante, y yo iba mirando por la ventanilla en busca de alguien con quien jugar. No hay musulmanes, me corrigió papá, sonriendo por primera vez aquel día»

«Volvemos a vernos las caras, Spiderman me dijo. Y yo le respondí A cuánta gente has salvado hoy, Chica M. Hizo como si contara con los dedos. A novecientos treinta y siete dijo encogiéndose de hombros. Hoy he tenido un día tranquilo. Se nos escaparon unas risitas. Y tú a cuántos, Spiderman. Yo me rasqué la cabeza. A ochocientos treinta dije. Pero es que he empezado tarde y he acabado antes de mi hora. Estallamos en risas. Nos hacemos esa misma broma todos los días y nunca llegamos a aburrirnos»