No solo de pan vive el hombre...
No solo de pan vive el hombre…ni la mujer; ni es cierto eso que dicen que la letra con sangre entra, mejor, mucho mejor entra con una tacita de té, copita de anís, trocito de bizcocho casero, pastas de té…
Sí, así es como vivimos cada uno de los libros que leemos y compartimos en nuestro club de lectura, ese que dicen se llama MANANTIAL de palabras. Poco a poco, y gracias nuestra común pasión por la lectura, este grupo se va haciendo lentamente, y ya, no solo nos reunimos alrededor de un libro común, sino también alrededor de una conversación agradable después de finalizada cada sesión.
No exagero si digo, que cada uno de nosotros espera ansioso ese martes tarde donde un libro se desgrana en diez u once historias, según el número de amigos que estemos sentados alrededor de esa preciosa mesa ovalada de madera y cubierta de suculentos manjares. Ya no solo la lectura nos apasiona, sino las risas que se generan alrededor de esa merienda literaria con la que cada mes soñamos y pedimos no despertar.
Me alegra pertenecer a mi club de lectura, a nuestro club de lectura, a ese MANANTIAL de palabras y de risas, de historias y de complicidades, de momentos y de porqué no, de cervecitas también.
No solo de pan vive el hombre… ni la mujer.
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