Chagrin D´École




El pasado viernes 11 de enero, acudimos todos los participantes del club de lectura de francés a nuestra primera reunión del año 2013. Se ha remodelado el grupo que ahora cuenta con cinco nuevos miembros; en total somos quince personas.

Esta vez, tocó lidiar un toro rebelde. El libro autobiográfico CHAGRIN D’ÉCOLE de Daniel Pennac se ha presentado como todo un reto para muchos de los participantes por su dificultad. Antes de empezar con los comentarios y para ilustrar el tema tratado, leí una poesía, Le Cancre de Jacques Prévert, un pequeño guiño a la figura del mal estudiante. Luego, empezamos con un turno de palabra donde cada uno dio sus impresiones. Pude comprobar que, a nuestros nuevos fichajes, el libro les había gustado y pudieron hablar largo y tendido sobre ello. Joaquina, con mucha gracia, dijo que se había sentido ante el libro como el protagonista de la historia, un alumno que no entendía nada de lo que le enseñaban sus profesores. Olivia lo encontró repetitivo y aburrido. Lola dijo que a pesar de no haberlo leído entero, entendía después de nuestras explicaciones mucho más y estaría dispuesta a emprender una nueva lectura. En cambio Marisa, como profesional de la enseñanza, se sintió identificada con muchas de las situaciones descritas. Insistió en que el propio autor reconocía que hoy es más difícil salvar a los alumnos de la ignorancia ya que lo tienen todo con el mínimo esfuerzo. Hablamos del pequeño Pennacchioni (verdadero nombre de Pennac), de sus sentimientos (soledad, pena, vergüenza, miedo al fracaso y odio), de sus antecedentes (madre, padre, hermanos). Hicimos una comparación entre los malos estudiantes de ayer y de hoy, de la situación de las aulas hoy, de la evolución del lenguaje argótico en los barrios marginales en los alrededores de París y de la influencia de la publicidad y la sociedad de consumo.

CHAGRIN D’ÉCOLE no es un libro sobre la Escuela, al uso; incide mucho más en el dolor del mal estudiante. No cuenta cronológicamente la historia del pequeño Pennacchioni; sus recuerdos y sentimientos de escolar van mezclados con reflexiones como profesor de segundaria durante veinticinco años. Pero también es una crítica al sistema y a los profesores no vocacionales. En este libro expone sus métodos para rescatar a los alumnos que se encuentran en dificultades o perdidos. Pennac dice que no existe una receta mágica y que a menudo el profesor no lo consigue. Sin embargo, el amor en materia de enseñanza se ha malinterpretado. Él defiende un amor paciente, entregado, pero firme; un amor capaz de dirigir a los alumnos hacia el aprendizaje, en definitiva hace hincapié en la motivación y sobre todo en la comprensión.

Al final de la reunión nos fijamos en la contraportada del libro. Pennac ha incluido un boletín de notas de sus años de mal estudiante con comentarios que nos hicieron sonreír. Yo traje tres boletines trimestrales de cuando estaba en sexto de primaria en Francia. Confieso que los comentarios de mis profes no eran tan divertidos, pero es lo que tiene ser “un cancre”.

La próxima reunión será el 8 de febrero de 2013 con el libro Cette aveuglante abscence de lumière de Tahar Ben Jelloun.

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