El club de Ana comenta "Puerto escondido" de María Oruña
Aforo completo en una tarde fría de invierno. Todos y todas muy puntuales, e Isabella, nombrada por Pilar y Marta como la repostera del grupo, traía unas pastas exquisitas, que empezamos a degustar con un té calentito mientras nos felicitábamos el año nuevo.
En la ronda corta de primeras impresiones, todos coincidimos en que era un libro para pasar el rato, sin más pretensiones que entretener al lector.
A Isabella no le gustó nada, quizás porque esperaba más de lo que se encontró, y empezó hablando de la forma en la que está escrito. Bien documentada, expuso que la historia tiene frases inconexas, que los personajes son clichés calcados de la televisión como la valiente e independiente inspectora de policía, el señorito de posguerra sin escrúpulos y las chicas de familia pobre que llegan a abrirse hueco en un mundo mejor.
La historia está narrada en dos tiempos, cada uno con una línea argumental diferente, una de ellas en forma de diario (un diario un poco atípico, ya que no hay fechas y se narran hechos de terceros como si perteneciesen a la vida de la persona que escribe el diario), sin saber quién lo escribe, siendo éste uno de los misterios de la novela que se mantiene hasta el final. La otra línea es la historia actual, contada por un narrador omnisciente (aquel que sabe de todo y de todos dentro de la novela).
Las descripciones en la novela de paisajes cántabros son excesivas, tal y como apuntaron Lore y Pilar. "Parece que estamos leyendo una guía de viajes!".
En cuanto a los personajes, no están muy bien definidos, como dijo Rocío, ya que ve muy chirriante que una monja salida de una familia humilde y teniendo que trabajar en un convento, llegue a convertirse en una eminencia en Antropología e Historia del Arte.
Mucho más no podemos contar, corremos el riesgo de desvelar el fin y todas las razones de la novela. Lo que sí hubo quorum es que para pasar el rato está bien. Algunas como Silvia, Ángeles y Concha lo devoraron en pocos días, otras como Marta, no llegaron a conectar desde el principio, pero sí a el que más o a el que menos los mantuvo entretenidos durante todas las Navidades.
Por último, el único hombre del grupo, que no estuvo nada elocuente, propuso que leyésemos más "novelas para hombres", sin dejar muy claro qué quería decir con esa afirmación. Si a lo que se refiere es a leer libros escritos por hombres, ya llevamos un par de los mayores exponentes universales de las letras, Chéjov y Wilde, pero Curro, que así se llama nuestro colega, parece que no está muy contento con tantas "lecturas de mujeres". Si pudiese decir (que puedo, pero no quiero), quiénes serán los próximos escritores que leeremos, lo mismo cambiaba de opinión, o no...
Emplazamos nueva reunión para el martes 19 de febrero con una obra un poco menos "mainstream y más underground", con la gran Amelie Nothom y su "Metafísica de los tubos", una novela corta pero de gran calado filosófico. Ya os contaremos qué nos parece.
Ana Asencio (coordinadora)
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