Feliz Cumpleaños, Biblioteca!

 
Foto Raúl Díaz



Treinta y tres años se cumplirán el próximo 4 de febrero de la apertura de nuestra biblioteca municipal.
Los que andan hoy en torno a los cuarenta fueron los primeros niños que la disfrutaron, venían a curiosear entre las estanterías aquellos maravillosos álbumes de cuentos ilustrados que muy pocos habían tenido la oportunidad de leer antes.
Por aquellos primeros años pocos adultos se acercaban a la biblioteca, creían que era algo para escolares y hubo qué explicar muchas veces que la biblioteca no era un colegio ni una extensión del mismo, ni siquiera un lugar para estudiar, sino un lugar en donde todo tipo de personas podía encontrar la oportunidad de un crecimiento personal a través de la lectura, la información, la convivencia con la cultura y el autodidactismo.
Desde el principio nos hemos preocupado de contar a los niños historias que venían en los libros y de  enseñar a los adultos que un libro es una buena compañía y una ventana abierta a realidades lejanas y a veces soñadas, pero no por ello imposibles de alcanzar.
La biblioteca ha ido creciendo y desarrollando servicios que en sus inicios no fueron ni imaginados, ¿o acaso podíamos pensar en los ochenta lo que iba a suponer la revolución informática?
Pero si te paras a reflexionar, ves que se trata de nuevas herramientas, pero que el mandato inicial sigue estando vigente: ayudar a las personas en su desarrollo intelectual, colaborar a la formación de ciudadanos más cultos y mejor informados, contribuir a la educación no reglada de las personas que cada día se acercan con hambre de aprender,  crear un tiempo de ocio no basado en el consumo materialista.
Por todo ello, al cerrar los ojos y pensar en la biblioteca no veo sus magníficas instalaciones, ni sus salas con ordenadores, ni siquiera libros, veo rostros de personas, miles,  que vinieron entonces y siguen acudiendo ahora a  solicitar una recomendación de lectura, pedir que le expliques cómo sacar en el ordenador la vida laboral, leer la prensa, contar un cuento a su nieto, comentar una novela leída, escuchar a un autor, recitar poemas, consultar su mail, contactar con parientes lejanos a través de internet, mirar las ofertas de empleo, encontrarse con otras personas que comparten con ellos tiempo, espacio y un distintivo que los une, ser socio de la biblioteca de Dos Hermanas.

Felicidades querida biblioteca, larga vida y grandes conquistas.

Para darte las gracias tomaré palabras prestadas de un lector anónimo que publica el amor a su biblioteca en la web de la B.P. de Guadalajara:

Cómo no vamos a quererte, si nos dejas crecer bajo tu techo. Si nos quieres incluso si no hablábamos bajito, si nos brindas tus espacios para todo aquello que nos importa. Cómo no vamos a quererte, si te debemos parte de lo que somos, de lo que sabemos, de lo que dudamos. Nos haces críticos, pensadores, curiosos y creativos, nos facilitas conocer gente y personas variopintas: en uno de tus pasillos, junto al piano, en la sección de poesía. Nos ofreces manos tendidas, actividades y emociones. Nos dejas enamorarnos en la sala de estudio, y te enorgulleces si escuchas nuestras risas adolescentes en el patio. Te da igual si somos ricos o pobres, bebés o ancianos, aceptas nuestros pensamientos y nos prestas lecturas sin juzgarnos. Cómo no vamos a quererte, si abres puertas donde otros las cierran, si luchas y nos consuelas. Dónde estás, la ciudad se enriquece, y nosotros, con ella.

Carmen Gómez (directora)



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