Los Ladrones de Libros comentan...




De acero

“Qué significa crecer en un conjunto de cuatro colmenas, desde las que llueven trozos de balcón y de amianto, en un patio donde los niños juegan junto a chicos que trafican y viejas que apestan? ¿Qué clase de visión del mundo te formas, en un lugar donde lo normal es no marcharse nunca de vacaciones, no ir al cine, no saber nada del mundo, no hojear los periódicos, no leer libros, y que no pase nada?”

El pasado lunes, 20 de mayo, el club de lectura Ladrones de Libros se reúne para comentar la novela de Silvia Avallone, De Acero, un relato duro como el metal, sin edulcorantes que sobrecoge y conmueve. Antes de comenzar con el comentario de la novela, dimos paso a lo habitual en nuestras reuniones: procedimos a la lectura del cuaderno viajero que esta vez le tocó a Isabel e informamos sobre próximas citas culturales y novedades de la biblioteca.

Francesca y Anna, de catorce años, han nacido y crecido en un ambiente opresivo y hostil en el que nadie espera nada. El eje de la vida del barrio lo constituye la fábrica de acero que emplea a las familias de Via Stalingrado y que convierte la realidad de la zona en una experiencia tan dura como el metal resultante. Tanto Anna como Francesca se encuentran inmersas en una difícil situación familiar. Para ambas jóvenes, las únicas vías de escape se encuentran en su amistad y en la descarada explotación de sus encantos adolescentes.

No es una historia que haya gustado a todos los integrantes del grupo por la dureza del mundo que muestra, pero si hemos coincidido en afirmar que la ambientación es el plato fuerte de la novela y que los personajes están condenados por la hostilidad y la opresión del ambiente. Sin embargo, asistimos al proceso de madurez de sus personajes principales asombrándonos con la ingenua la felicidad que suelen encontrar en sus placeres diarios y con sus sueños de libertad.

Muchos fueron los temas tratados durante la sesión y que provocaron un acalorado debate, entre ellos, grandes ingredientes sociales como sexo adolescente, consumo de drogas, familias desestructuradas, malos tratos, desmotivación juvenil, negocios turbios, pero sobre todo la amistad y el amor.

Las lectoras de este grupo destacaron que no aparecen escenas explícitas de violencia, ni tampoco es el libro un lamento sobre la decadencia humana, sino más bien puede considerarse un estudio sociológico.

Para la mayoría de las integrantes determinadas reacciones de los personajes o secuencias resultaron muy previsibles incluso el final, un final abierto que parece decir que mediante la formación y el apoyo familiar y social adecuado se puede conseguir salir de la marginalidad y vivir una vida digna.

Nos pareció un acierto como la autora escoge como escenario narrativo y pone el foco de atención en un barrio industrial de la ciudad de Piombino, con la isla de Elba al frente, una zona marcada por la desesperanza y la marginalidad alejándonos de los paisajes pintorescos y familiares de la Toscana.

Después de terminar nuestras tazas de té nos citamos para la próxima reunión, el 17 de Junio, e hicimos entrega de la próxima lectura: El baile de la victoria de Antonio Skármeta.

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